La inteligencia emocional la podemos dividir en cinco áreas.
La primera es aprender a identificar tus emociones, lo que estás experimentando, lo que estás sintiendo.
Es increíble pero he observado un porcentaje significativo de personas que ni siquiera son conscientes de sus propios sentimientos y mucho menos de cómo gestionar sus emociones.
Una vez que hayas identificado tus emociones, el siguiente paso de la inteligencia emocional es aprender a gestionarlas.
Si aprendes a gestionar tus propias emociones, podrás tratar con otras personas e influir en sus emociones y percepciones de forma mucho más eficaz.
Así que, independientemente de si se trata de una situación de ventas, de una entrevista de trabajo, de una negociación o de cualquier otra situación, si aprendes a gestionar tus emociones, serás mucho más eficaz a la hora de tratar con otras personas. Así que es fundamental aprender a gestionar las emociones.
Tenemos cursos que te enseñan precisamente eso, a identificar tus emociones y a gestionarlas cuando afloran. El problema es que las emociones alteran tu percepción de los acontecimientos, lo que puede afectar negativamente a tus resultados.
La atención plena, las prácticas de meditación y los ejercicios de respiración probados neurocientíficamente le ayudarán a mejorar de forma apreciable su autoconciencia, sus pensamientos y sus emociones.
El tercer componente que poca gente enseña y que es muy importante en la inteligencia emocional es la perspectiva.
Las perspectivas son cruciales para entender y fundamental es cómo coloreas tu mundo alrededor y cómo ves tu mundo.
Es como llevar gafas de colores. Si te pones rojo, todo tendrá un tono de rojo. Si te pones el azul, todo tendrá un matiz azul.
Tus percepciones son creadas por tus emociones en ese momento, además tus estructuras de creencias básicas sobre la vida también impactarán tu percepción.
Por ejemplo, si crees que todos los marcianos son mentirosos, cada vez que te encuentres con un marciano, esto influirá en tu forma de comunicarte con él.
¿Y sabes qué? Tu percepción estará contaminada por tu estructura de creencias. Influirá aún más si estás enfadado porque acabas de ser estafado por un marciano, eso será un doble golpe en tu percepción con el siguiente encuentro con un marciano particularmente si fue muy reciente. 
El cuarto componente de la inteligencia emocional es la empatía. Según el profesor de derecho de Harvard Robert Mnookin. Define la empatía como «el proceso de demostrar una comprensión sin prejuicios de las necesidades de otras personas, sus problemas y sus perspectivas«.
Así que la empatía es muy importante a tener en cuenta.
Si no tienes empatía y no puedes entender de dónde viene la otra persona o cuáles son sus deseos, sus problemas y sus cuestiones, no vas a tener mucho éxito a la hora de influir en ella.
El quinto componente de la inteligencia emocional son las habilidades sociales, pero para tener unas excelentes habilidades sociales es necesario tener las habilidades anteriores de las que hemos hablado.
Vas a aprender los secretos lingüísticos, cómo utilizar el discurso para influir en la gente, para hacer frente a las respuestas negativas, para superar las objeciones y cosas de este tipo. Unas buenas habilidades sociales son muy importantes para crear una buena relación y ser más carismático.
Pero si no dominas tus habilidades de inteligencia emocional, la empatía y tus habilidades sociales se resentirán (apestan).
Y si encima te sientes enfadado, porque no has gestionado tus emociones, no vas a ser muy simpático, persuasivo ni carismático.
Otra advertencia importante que debes tener en cuenta es que no debes tratar a los demás como quieres que te traten a ti.
Hay que tratar a la gente como ellos quieren ser tratados. Esta es una distinción realmente importante que debemos tener en cuenta.
Una vez más, queremos tratar a los demás como ellos quieren ser tratados, no como nosotros queremos ser tratados. Es la Regla de Oro con un giro.
Pero créeme, es eficaz en los negocios para el éxito de las ventas, la negociación y en tus relaciones profesionales y personales.
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