¿Su lenguaje corporal está perjudicando su forma de hablar en público?
- agosto 6, 2020
- 5:25 pm
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La mayoría de las investigaciones sobre la postura y la oratoria se han centrado en dos aspectos del lenguaje corporal que parecen ofrecer oportunidades de mejora con relativamente poco trabajo.
En primer lugar, según John English está el cuerpo, lo que las fuerzas policiales enseñan a las agentes sobre la postura o lo que Amy Cuddy llama «poses de poder». O. La idea es mantenerse erguida, o ocupar más espacio poniendo las manos en las caderas como Wonder Woman, o sonreír ampliamente para indicar confianza. La idea básica con todo este posicionamiento consciente del cuerpo es que si tu mente te encuentra de pie o sonriendo con confianza, te sentirás más seguro.
Algunas investigaciones parecían demostrar que el mero hecho de estar de pie con fuerza hacía que el cuerpo emitiera más testosterona y menos hormonas del estrés. Las investigaciones posteriores no pudieron corroborar estos hallazgos iniciales, pero los participantes sí dicen sentirse mejor (subjetivamente). Así que si posar con fuerza te hace sentir mejor, no hay razón para no hacerlo.
El segundo aspecto de la investigación sobre el lenguaje corporal y el discurso en este sentido se centra en cómo tu postura y tus gestos influyen no en ti mismo, sino en otras personas: el público.
Aquí las conclusiones son más matizadas y complicadas, pero resumiendo, la apertura del lenguaje corporal de la oradora y su cercanía al público mejoran la recepción positiva y la valoración del orador.
En resumen, pues, la investigación sugiere que antes del discurso hay que practicar posturas poderosas para sentirse más seguro, y durante el discurso hay que centrarse en mantenerse abierto y acercarse al público en la medida de lo posible, sin llegar a sentarse en su regazo.
España: Madrid, Salamanca, Barcelona
Pero hay una trampa. No creías que fuera a ser tan fácil, ¿verdad? Un nuevo estudio ha descubierto que los estudiantes que relajan su lenguaje corporal -en realidad, encorvados en sillas cómodas- liberan más potencia cognitiva para resolver problemas de matemáticas. Si se hace que los mismos estudiantes se concentren en sentarse erguidos en sus pupitres, tienen menos ciclos cerebrales de los que disponer y obtienen peores resultados en sus exámenes.
Lo que sugiere esta investigación es que centrarse en el lenguaje corporal con la mente consciente -actividad que normalmente se deja en manos de la mente inconsciente- quita algunos ciclos cerebrales a la hora de pensar en el contenido del discurso, o en cualquier otra cosa.
Tu mente consciente puede manejar algo así como 40 bps de información. Eso no es mucho, así que normalmente la mayor parte del trabajo importante de mantenerte en marcha, caminando, hablando y masticando chicle recae en tu mente inconsciente, que puede manejar algo así como once millones de bps. Si esa mente inconsciente operara de tal manera que te hiciera adoptar de forma natural una pose de poder antes de hablar, y luego te mantuvieras abierto y cerca de tu público mientras hablas, no tendrías que pensar en ello (conscientemente) y hablar en público sería un poco más fácil.
Pero, por desgracia, el comportamiento instintivo de la mente inconsciente es retirarse y cerrarse a las grandes multitudes, para ir a lo seguro. ¿Y las poses de poder? No tanto. Me viene a la mente más bien su opuesto, la pose de esconderse en un rincón en posición fetal.
Así que para aprender a hablar bien y con éxito, además de dominar el contenido, averiguar qué ropa llevar y un montón de otros desiderata, tienes que trasladar la responsabilidad de tu lenguaje corporal y tu postura a tu mente consciente -preferiblemente mientras practicas tu discurso adecuadamente- durante el tiempo necesario para garantizar un buen resultado durante el discurso real.
Una cosa es segura. Si evitas pensar en tu postura y tu lenguaje corporal y lo dejas al azar, obtendrás el lenguaje corporal y la postura instintivos con los que los humanos han evolucionado para responder a las amenazas: autoprotección, retraimiento y timidez. ¿Es esa la imagen que quieres proyectar?